Su nombre refleja perfectamente su personalidad: un verdadero “ataque relámpago”. Tora lleva en su ADN los secretos del Sol Naciente, lo que le permite moverse con la agilidad de un gato.
Posee una paciencia extraordinaria, capaz de seducir y calmar, lo cual es esencial para ganar la confianza de cualquier bestia. Tiene claro que todo depende del humor del animal. Mientras tanto, juega con el tiempo y entretiene a los demás, consciente de que, al final, el león siempre se la terminará comiendo...